No existe un término único que nos sirva para hacer referencia a una persona a la que le falta un dedo. Esto significa que no podemos llamar los mancos o cojos como en el caso de los brazos y las piernas respectivamente. Sin embargo, contamos con palabras que pueden cubrir muy bien esta necesidad en el lenguaje aunque resulten un poco más genéricas y amplias.
Se los suele llamar mutilados o amputados. Algunas personas reniegan de utilizar estas palabras y prefieren recurrir simplemente a tullido como una forma más directa.
Algunos están en contra de utilizar la palabra discapacitado ya que la atribuyen únicamente a problemas mentales. Sin embargo, la falta de un dedo no implica directamente una discapacidad.
Estas son las formas en las cuales nos podemos referir a este tipo de personas aunque, como dicen algunos, lo mejor es llamarlos por su nombre.